Las plantas tiene la capacidad de reducir la contaminación ambiental mediante la absorción de los gases de efecto invernadero (GEI) y la captura de las partículas de polvo presentes en la atmósfera. Los árboles actúan como reguladores de la temperatura y la humedad relativa ambiental, amortiguan los ruidos indeseados, y mejoran el psiquismo de la sociedad, por lo tanto, se hace necesario un patrimonio verde en buen estado fitosanitario.
El hombre, no solo con sus acciones cotidianas genera residuos que perjudican al medio ambiente, también a través de su actividad laboral o mercantil produce contaminantes, siendo esta una importante fuente de contaminación. Por este hecho, es de vital importancia, que las entidades empresariales, estudien en profundidad su huella de carbono y a raíz de esta, reduzcan a través de diferentes estrategias la emisión de estos gases.
Una de estas estrategias radica en realizar, junto a sus empleados, actividades de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) invirtiendo esfuerzos en compensar lo que ellas mismas contaminan. Estas actividades pueden consistir, entre otras muchas, en la limpieza de los entornos de la ciudad (parques urbanos y periurbanos), adoptar estrategias encaminadas a las tres “R” (Reducir, Reutilizar y Reciclar), o ejecutar plantaciones con empresas especializadas.
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